El evento se llevará a cabo en Buñol, plaza del pueblo, a finales de agosto y con el calor de esta época del año.
A las nueve de la mañana, el ambiente ya empieza a tener presencia en la plaza. El ayuntamiento reparte pasteles a todos los que quieran recuperar fuerzas antes de la batalla. La plaza empieza poco a poco a vestirse de vecinos y forasteros de diferentes países.
Sin ropa tradicional, se pueden ver pantalones cortos, camisetas rotas, gente sin camisetas e incluso personas con gafas de buceo. En el centro de la plaza se encuentra el “palojabon” o “cucaña”, que es un palo gigante cubierto de jabón al que debes subir para conseguir el premio final: un enorme Jamón.
La diversión es ver al más atrevido subir, deslizarse, caerse y volver a intentar trepar el palo. Mientras tanto, los vecinos arrojaron cubos llenos de agua para empapar a todo el público. De repente, escuchas a alguien gritar: "¡Tomate, tomate!” significando que alguien ha alcanzado el jamón y se pide que continúe la fiesta.
Por el camino hacia la plaza del pueblo va apareciendo un camión cargado de tomates. Se detiene y tiró tomates al suelo. La única regla es exprimir los tomates antes de tirarlos para no lastimar a nadie.
Todos intentan hacerse con la munición de tomates y estos empiezan a volar de un lado a otro. En cuestión de segundos, los participantes quedaron cubiertos por una lluvia de color rojo. Uno tras otro, los cinco camiones vacían sus municiones. El campo de batalla se convirtió en un pantano de tomates triturados, y la plaza, las fachadas, los guerreros y el aire se tiñen de rojo. Con 150.000 kilogramos de munición, entre risas, alegría y muchos tomates, se desarrollará esta intensa batalla.
Entre los guerreros, australianos, japoneses, británicos, estadounidenses, indios y canadienses, todos teñidos de rojo, pegajosos, y manchas hasta más no poder. Todos los participantes de la pelea más divertida de la historia. Un disparo anuncia el final de esta batalla intensa.
Los más valientes, exhaustos de la batalla, bajan a lavarse en los manantiales de las ciudades o en los estanques de los ríos. Esto finaliza la experiencia inolvidable de la Tomatina.